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Intervención de Guillermo Guillemi en el Centro de Historia

Intervención de Guillermo Guillemi en el Centro de Historia

Conozco esta exposición/intervención desde hace mucho tiempo. Tanto como desde cuando él se dirigió a mí hace algún que otro año curioso de mis quehaceres tecnológicos. Y si les digo la verdad es la forma de disfrutar el arte de verdad. En los proyectos en los anhelos en las ganas de contar y el trabajo de darle forma.

Guillermo cada cierto tiempo me llamaba y me preguntaba sobre tecnología... y nos veíamos y pasabamos algunos pocos buenos ratos... Si su planteamiento era ambicioso (desde el punto de vista tecnológico) la realización ha sido contenida ... y no con esto piensen que la obra no es grande. Es más bien enorme, tanto física como creativamente hablando. Él nos cuenta que la cuestión física es la primera etapa de otras tantas (psiquicas o psicológicas) en las que las barreras provocan el que se pare el flujo normal de la vida. En su experiencia es plenamente consciente de la problemática de las barreras físicas. Que traslada a esta obra la cual nos cuenta de manera contundente que lo físico sólo es lo que vemos y que el resto es lo que sentimos. El juego de los dos planos físico/psicológico está presente en la intervención creando varios planos. Si en un primer momento la visión que tenemos es de un barrio o arrabal mediterraneo en seguida percibimos el resto de elementos que a modo de coro onírico nos llevan por otros derroteros. Nos dibuja un individuo atrapado en una escalera en el que mediante la técnica de video utiliza una pantalla para dar vida a su reivindicación. Es la escalera lo que atrapa o es el entorno el que atrapa la escalera. Todo lo artificiales que somos es lo que hace que seamos necesariamente funcionales, pensando en esto como segunda lectura de la más directa...

En las ventanas de los edificios se proyectan unos vídeos de lo que ocurre en su interior. La presentación es soberbia... y el resultado magnífico. Tenemos la sensación de estar paseando por ese barrio y no nos resistimos a la curiosidad de ver qué ocurre allí. Y con la ventaja de que no seremos descubiertos... el artista nos traslada a tomar conciencia de las barreras que nos imponemos. La intromisión y el espiar están mal vistos pero él nos da los medios para que nos demos cuenta de que son nuestros prejuicios los que han montado todo esto. En una lectura más simple presenta escenas más o menos cotidianas que hablan del entendimiento y la relación entre personas.

Como tercer elemento el mural que nos envuelve es el dibujo del barrio. Las reprentaciones son entre oníricas y clásicas como dibujando los dos planos que están en lucha por ganar la partida. Los colores están orientados a esa meditarraneidad que invita a pensar en tiempos más fáciles y vidas menos complejas. Hay una evocación de la naturaleza como origen de las cosas, presentada como ambiente del entorno (aire, sol, humedad) aunque con una crítica decidida hacia lo urbano como elemento distorsionador de la misma y que es lo que hace que todo sea tan complicado. En la parte derecha y arriba tenemos una representación de un personaje a caballo entre un monstruo, un dios, un hombre o un cautivo. Es fácil pensar en que es la representación del atrapado en la barrera, pero no dejaremos de leer que lo situa en la parte más alta de la escena como sufriendo por ella, como cualquier dios ante el colapso de su creación. Incluso podemos pensar en que es el propio elemento distorsionador que genera el entorno y porque no, el que lo sufre. Ni que decir tiene que lo que esta figura nos invita es a pensar... las lecturas son varias y creo que no es una única la que tenemos que encontrar sino hacer el recorrido de encontrar varias. La realización es en todo el mural de mucho nivel siendo todo infografía lo cual nos indica el nivel técnico de ejecución del proyecto. Que por otro lado en la figura que se ha comentado en último lugar se aprecia una factura de mucha altura técnica consiguiendo una gran expresividad.

No quiero contar más cosas de las que se me ocurren, que son algunas más. Lo que quiero es que se hayan quedado con las ganas de disfrutar un rato en este arrabal creado mediante la intervención de este artista en la que nos cuenta que el hombre es el mismo que se enfrenta a si mismo. Y que las limitaciones y barreras que encuentra son las propias que él crea y que son contra las que tiene que luchar. Es una especie de canto a la humanidad como reivindicación del individuo sensible como centro de todas las cosas. Planteamiento que contrasta de forma muy interesante con toda la tecnología necesaria para levantar la propuesta.

No se lo pierdan en el Centro de Historia de Zaragoza hasta el próximo 10 de Mayo.

 

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