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Atardecer Tecnológico

Atardecer Tecnológico

Esta obra es un tributo al chip como soporte para la sociedad de la información. Es un homenaje en el que se celebra su ocaso entendiendo que se produzca el relevo tecnológico. Nos presenta el paralelismo de paisaje urbano y distribución de los chips en las placas de circuito impreso llevandonos a plantearnos: ¿está la sociedad urbana en su ocaso? Un ocaso ya evidente en la propia propuesta ya que en realidad los chips no aparecen (por lo tanto los edificios) y el color predominante es el del ocaso solar habitual en nuestra simbología como el color de lo concluso.
La estética está basada en la ciencia ficción de los años 70-80. Y sin ser deudora de su aspecto, está inspirada en la película Tron de Walt Disney de la que toma el colorido de la ambientación del "Programa de Control Maestro" en las escenas en las que los protagonistas se internan en el mismo intentando anularlo para conseguir sus objetivos. De alguna forma las calles que forman estas urbanizaciones de tecnología invitan a recordar los juegos de motos de luz que surgieron como secuela de algunas de las secuencias de la película. El mensaje de decadencia que transmite está en la línea del planteamiento cyberpunk de Blade Runner aunque con un diseño alejado de la estética de la película.

Emilio Gil escribió para el catálogo de la primera exposición en Huesca este texto que resume las ideas anteriores:

"Brilla con enfermizo color los inexistentes paisajes. Puntos de llegada se ven en el horizonte."

(Él no conocía hasta hoy, si me lee, mi interpretación)

Aquí una versión a mayor tamaño.

3 comentarios

El Artista -

La verdad es que no eres el primero que referencia la película. Sinceramente veo más intención que evocación.

Eugenio, el ser humano tiende más bien a ser redondo, háztelo mirar ;-)

Eugenio Mingo -

Aparte del color que me gusta mucho, lo que mas me llama la atencion es las formas lineales, los cuadrados, ... debe ser que yo soy muy cuadriculado.

Javier -

A ver, no quiero que parezca ¡ya está el listo!, pero nada más verla -sin leer el texto- me he acordado de Tron, y es qué... era inevitable.

Saludos, ;)